La clementina es una fruta cítrica. Nacida a principios del siglo XX, la clementina rápidamente se hizo un lugar en la vida cotidiana de los franceses. Su sabor dulce y su riqueza en vitaminas hacen de esta fruta de invierno un activo vitalizador.
La clementina orónula es de tamaño mediano. La piel es fina y su forma es ligeramente aplanada. La pulpa es de muy buena calidad y prácticamente sin semillas. Es una variedad muy precoz.
La variedad clemenule se distingue por su tamaño relativamente grande y su corteza gruesa. Muy fácil de pelar. Su pulpa tierna y jugosa revela sabores equilibrados entre acidez y azúcar, Clémenvilla es de forma aplanada y de color rojo anaranjado. Contiene una pulpa refrescante y generosa en jugo. Su piel fina y perfumada hace que sea más difícil de pelar pero le permite una muy buena conservación.